Quintana de la Peña
Ubicado en la ladera sur de Peñacorada es uno de los parajes más dignos de visitar de la zona. Su distancia de Cistierna es de 6 Km., no disponiendo de carretera asfaltada por lo que es una excursión ideal para hacer a pie o en bicicleta de montaña.
La peña no es otra que Peñacorada dominadora en toda la comarca y a la cual miran los lugareños para predecir la lluvia. En la ladera a una altura de 1.160 metros se asienta la aldea.
Quintana posee una documentación medieval que atestigua la antigüedad del enclave, sin embargo el pueblo no ha conseguido pasar al siglo XXI como lugar habitado. Hoy, la ruina y desolación se ha apoderado de sus calles, convertidas en involuntario museo de las prácticas edilicias antiguas.
Para el amante de la etnografía es un placer visitar este pueblo, en el puede investigar y admirar las técnicas constructivas de nuestros antepasados. Mediante barro, cal, arena, piedra y madera fueron capaces de levantar bellos y funcionales edificios que después de 40 años de abandono se resisten a desaparecer.
Es una retrospectiva interesantísima sobre la vida del campesinado montañés en el siglo que pasó, que ha quedado como congelada en el tiempo, y un ejemplo de lucha por la subsistencia de estas gentes que no tenían miedo ni del clima ni a las adversidades que siempre han azotado la humanidad.
Admirable es también el camino que desde Valmartino asciende hasta Quintana, heredado de la infraestructura romana para la conquista de los Cántabros. Digno espécimen de otros observados en la comarca, desborda el marco natural de la comunicación, en especial en zona montañosa y de el afirma el Padre Martino un marcado carácter militar.
La riqueza micológica en los rebollares de Quintana son otro aliciente para visitar la zona en la temporada de setas.