Historia del municipio de Cistierna
El nombre de Cistierna deriva de la palabra latina “cisterna”, tal como se conocía en la Edad Media a este pueblo y que significa cesta o cuenco, aquí aplicado a cisterna o aljibe para almacenar agua.
Otras fuentes afirman que el nombre de la localidad viene del canal de riego que lleva las aguas del Esla a Vidanes pues, a pesar de que algunos afirman que éste es de finales del S.XIX, mucha de la toponimia de los lugares por los que atraviesa aún conserva sus nombres prerromanos aplicados al agua (Presa del Cárcel, Pereda, Prida) y le proyectan a tiempos muy remotos (Martino- Siro).
Los inicios de vida humana en esta zona aún son bastante desconocidos, aunque se han hallado restos paleolíticos en la localidad de Sorriba del Esla.
El origen del pueblo anterior a los celtas, que habitó esta comarca, es incierto. Hasta el momento no hay constancia de que existiera un pueblo con carácter definido, aunque se puede hablar de influencias pre-celtas, de cierto parentesco con algunos rasgos de la cultura vasca (como se aprecia en algunos vocablos). Estos pueblos procedían de un tronco común indoeuropeo que penetraron en la península por los Pirineos en el primer milenio A.C.
Cistierna fue en la protohistoria frontera entre Cántabros y Astures, la lápida de Dovidero príncipe de los Cántabros hallada en Robledo de la Guzpeña atestigua la pertenencia de este territorio a la Nación Cántabra. La tribu asentada en esta zona era la llamada Vadiniense, una de las más conocidas por las casi 85 lápidas funerarias que, como un goteo continuo, siguen apareciendo y otorgan a Cistierna el ser la PUERTA DE ENTRADA al montañoso PAIS DE VADINIA. Dichas lápidas, a pesar de estar escritas ya en latín, conservan el nombre prerromano de los clanes e individuos a las que pertenecían.
Contemporánea a las Guerras Cántabras fue la construcción de una calzada que, a contracorriente del Esla, ascendía desde Mansilla de las Mulas hasta Riaño, donde se dividía en dos ramales: uno se dirigía a La Liébana y el otro hacia Asturias. De eminente carácter militar, esta vía vertebraba otras laterales que subían hasta los mismos castros y comunicaban con la Cuenca del Cea. Los estudios sobre el terreno durante más de 25 años del Padre Martino y Siro Sanz afianzan el sesgo militar de estas vías de montaña y las presenta como un bien patrimonial de primer orden.
Después de una larga guerra de conquista romana, la tribu de los Vadinienses parece ser que fue obligada a bajar de las crestas de las cordilleras donde se ubicaban sus castros, para habitar las cuencas del Sella, Esla y alto Porma. En Cistierna los romanos realizaron algunas de las labores para el lavado de minerales de las minas del Alto Esla.
En la Alta Edad Media Cistierna perteneció al condado de Aguilar. La familia de los Flaginez, una de las más importantes del Reino de León, establecida en el castillo de Sabero, extendía su dominio desde Valdealiso hasta los puerto con Asturias y Santander. Por estos tiempos se construyen en Cistierna y su comarca muchos monasterios, hoy todos desaparecidos: San Guillermo al oriente de Peñacorada, Sto. Tomé de Peñacorada cerca de Quintana de la Peña, el monasterio de S. Facundo, S. Primitivo y S. Cipriano en Cistierna y el monasterio de Sta. Eulalia en Pesquera.
A principios del S.XIX, con la desaparición del antiguo régimen, Cistierna pasa a ser cabeza del municipio, lugar ocupado hasta entonces por la localidad de Modino, quien ostentó la capitalidad del concejo y también acogerá a tres pueblos del desaparecido Concejo de los Orbayos: Fuentes de Peñacorada, Ocejo de la Peña y Sta. Olaja de la Varga. Un hecho que debe ser recordado es la proclamación de la Segunda República desde el balcón del ayuntamiento en el año 1917 y la declaración de guerra contra el Eje. En 1927 los cuatro pueblos de Valdesabero junto con Alejico por expúreos motivos y pretendidos agravios económicos obtienen la segregación del municipio de Cistierna para formar el hermano Ayuntamiento de Sabero.
En la segunda mitad del S. XIX comienzan las explotaciones carboníferas de Hulleras y Anexas de Sabero. Para el transporte del carbón se crea la línea ferroviaria La Robla – Valmaseda, que tendrá en Cistierna una de sus estaciones más importantes gracias a la cual la localidad entrará en su etapa de pleno auge. Tras el cierre de Hulleras y Anexas de Sabero, en 1991, Cistierna cayó en una profunda crisis de la que parece estar empezando a salir gracias a las fuertes inversiones realizadas en los polígonos industriales de la zona.
En la actualidad Cistierna es un municipio moderno, de aproximadamente unos 3777 habitantes repartidos entre las 11 localidades, que conserva la tranquilidad y la diversión de las zonas rurales más las facilidades administrativas y comerciales de una villa.